A una semana de que se de comienzo a los Juegos Olímpicos de Beijing, es importante señalar lo que implica un evento de tal envergadura y su repercusión en la ciudad. La XXIX versión no hace más que seguir la tendencia que se viene repitiendo de décadas, como en la Alemania Nazi de los juegos de 1936, o el emblemático caso de Barcelona 1992, y esto significa en la renovación de gran parte de la ciudad para acoger una enorme cantidad de gente, tanto deportistas como espectadores.
Juegos Olímpicos o Mundiales de Fútbol, no hacen más que dar señas de modernidad, marcar presencia en el orbe, y entregar a los ciudadanos una urbe más amigable y servicial. Pueden servir a estrategias de corto y largo alcance, aunque casi siempre lo que queda es el cambio de rostro de las ciudades organizadoras.
Por semanas, Beijing mostrará la espectacularidad del Estadio "Nido" de Herzog & De Meuron, como también el Teatro Nacional de Paul Andreu y el nuevo Aeropuerto de Foster & Partners, con una superficie de 1.000.000m2 que lo convierte en el más grande del mundo. Por último mencionar la reforestación de la ciudad para llegar a un 50% de la superficie con áreas verdes, recordemos que la contaminación de la ciudad es una amenaza latente para los atletas.
Así, no sólo medallas habrá en juego... la capital china presentará al mundo una completa renovación urbanística que abarca mucho más que la infraestructura deportiva. No queda más que -en nuestro caso- sentarse frente a la televisión y disfrutar del deporte, que cada 4 años nos acostumbra a no hablar más que de ello durante el mes en que transcurre.
Créditos Para: Suplemento Cultura de La Tercera, Sábado 26 de Julio 2008, www.latercera.cl
viernes, 1 de agosto de 2008
Transformaciones Olímpicas, Primera Parte
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario